Desde el 2000 hasta el 2014, los trabajadores que ganan menos del 60% de la renta media nacional, conocidos como trabajadores pobres, han crecido en España tres veces más que en el resto de la UE. Los datos ofrecidos por un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no son muy alentadores para el país Ibérico. España es, también el país europeo en el que más ha crecido la desigualdad salarial en los últimos dos años como consecuencia tanto de la crisis como de la reforma laboral. Esta última ha precarizado el empleo y empeorado la protección social de los activos y de los parados. Según la OIT un trabajo decente es aquél “empleo con derecho y sin discriminación, con un salario suficiente y con protección social”. No es casual que el empeoramiento de las condiciones de los trabajadores se haya producido al mismo tiempo que la mejora de la economía mundial. Por esta misma razón, los empleados de los países emergentes, con peores condiciones iniciales, han mejorado proporcionalmente más que los de los países desarrollados, donde se han debido aplicar ajustes. En este punto se encuentra España, donde el incremento de los trabajadores pobres ha sido de 4,2 puntos en los primeros 14 años de siglo, mientras que en el resto de Europa la media fue de 1,6 puntos. (fonte: Euractiv.es).